jueves, 27 de marzo de 2014

M-22 - DUINTASUN MARTXAK - MARCHAS DE LA DIGNIDAD


   Según los medios de comunicación no españoles el 22 de marzo ocurrieron unas de las más grandes marchas que han tenido lugar en Madrid. Por la mañana, seis columnas que venían caminando desde los diversos territorios y naciones del Estado español confluyeron, coloristas y vitales, indignadas pero festivas, en la ciudad; por la tarde la gente llenó hasta el extremo todo el espacio designado para la manifestación conjunta.

   Era un número incontable de personas llenas de consciencia y de entusiasmo; se palpaba su fuerza colectiva  y su alegría popular en el encuentro, sus banderas republicanas, sus banderas rojas revolucionarias, las banderas moradas de la lucha feminista y las verdes del amor a la Tierra así como las banderas de todas las Autonomías del Estado; e inundaban las calles sus gritos: NOS ARRASTRAN AL EMPOBRECIMIENTO Y LA PRECARIEDAD / LO PÚBLICO NO SE VENDE, SE DEFIENDE / PORQUE ESTO NO ES UNA CRISIS, ES CAPITALISMO / LA CRISIS QUE LA PAGUEN LOS BANQUEROS / TERRORISMO ES NO LLEGAR A FIN DE MES  / REPARTO DEL TRABAJO Y DE LA RIQUEZA YA / A TI QUE ESTÁS MIRANDO TAMBIÉN TE ESTÁN ROBANDO / LA DEMOCRACIA CON REYES ES PORSCHE CON BUEYES…

   Quien no pudo estar ahí se perdió un máximo espectáculo de la vitalidad y la solidaridad de los pobres, su ternura. Muy poco habían podido avanzar los participantes del final de la manifestación cuando los líderes de las marchas ya intervenían para cerrar el acto y leían un Manifiesto: “En 2014 nos encontramos en una situación límite, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva… Millones de trabajadores sin empleo… derechos y libertades robados para favorecer los intereses de una minoría y asegurar sus beneficios… desmantelan la educación y la sanidad públicas, se apoderan de nuestras viviendas…

   Luego resonaron las palabras de Cañamero, el gran líder popular andaluz: aquí está el pueblo, la mayoría silenciosa, firme para cambiar las cosas;  la democracia sin trabajo, sin vivienda, sin derechos, es un sarcasmo; cuando los gobiernos gobiernan contra el 80% de la gente se colocan en la ilegalidad; el Gobierno maltrata al pueblo y los maltratadores tienen que ser juzgados; podemos cambiar las cosas, podemos tener un gobierno del pueblo; formemos un frente popular para derrotar a los gobiernos de derechas… 

   Es que, como nos recuerda V. Navarro: “El gobierno del Partido Popular es el más reaccionario de los existentes en Europa Occidental y uno de los más corruptos […], está desmontando el Estado de Bienestar y redistribuyendo la riqueza a favor de los poderosos a costa de las clases populares […] Y estas marchas (aquí están los herederos de las luchas que hicieron posibles los avances sociales y políticos) muestran claramente el agotamiento y fin de la inmodélica transición”.
   La desvergüenza de los grandes medios de comunicación españoles no tiene ojos para ver la fuerza y la belleza de estas manifestaciones populares. Son medios que siempre rebajan la potencia de la movilización hasta volverla insignificante. Y cuentan las cosas como si ellos no formaran parte del pueblo. Será precisamente por eso que no cuentan toda la verdad, porque no son medios del pueblo sino de los grandes beneficiarios del sistema impuesto.

   Es cierto que, tras finalizada la manifestación, unos cientos de jóvenes se enfrentan violentamente a la policía. Estamos seguros de que por todos los medios se mostrará exhaustivamente toda la “violencia de los jóvenes”, pero también estamos seguros de que no mostrarán toda la violencia policial. El poder pretende que la violencia mostrada por unos pocos oculte la trascendencia de la movilización, pero todos sabemos que esa violencia no resta de ninguna manera la razón que asiste a los cientos de miles de manifestantes. Y hasta la misma Delegada de Gobierno, que quiere imputar esa violencia a los organizadores de la manifestación, sabe que éstos no tuvieron nada que ver con los altercados. Y de todos modos, hay que hacerse todas las preguntas: ¿quién y cómo comienza la violencia?, ¿quién saca provecho de ella?, ¿por qué existe tanta indignación y rabia?…

    Lo cierto es que en M-22 muchísima gente ejerció su derecho a levantarse del suelo, porque la justicia no puede quedar atrapada bajo la resignación. Y marcharon con dignidad, por supervivencia; marcharon con amor y alegría. Y tanta vida manifestada en M-22 tendrá un efecto germinal: la marcha hacia una democracia y una economía para el pueblo. 

 Carlos Villalba Vaca