En nuestra voz irá la voz de los más, de los que nada
tienen, de los condenados al silencio y la ignorancia, de los arrojados de su
tierra y su historia por la soberanía de los poderosos... Iremos a exigir lo
que es derecho y razón de las gentes todas: libertad, justicia, democracia,
para todos todo, nada para nosotros”
Vitoria-Gasteiz, 20 de diciembre de 2017
Querida amiga, querido amigo:
Este año 2017 hemos celebrado el 25 Foro, Cuerpos
vulnerables habitados de infinito. Y queremos comunicarte que este ha sido
nuestro último Foro.
Iniciamos un camino en el Palacio Europa hace 25 años, un
camino cuyas paradas han sido nuestros encuentros anuales. Ha sido un camino marcado
por tus propuestas, por las propuestas sociales del momento, por las voces valientes
de la Iglesia, por el trabajo, por las sorpresas de última hora, por la
ilusión, por el vértigo. Cada año hemos cerrado con aplausos, abrazos,
agradecimiento, complicidad, con procesos personales, grupales, renovados. Ha
sido una alegría haber hecho de correa de transmisión de voces, ideas y
propuestas que han sido impulso, estímulo, y haberlo hecho contigo, que has
participado en todos los encuentros; que has estado en algunos; que has tomado
parte en solo uno: también en esta sucesión de presencias y ausencias se ha
hecho presente la vida en el Foro. Y, sin duda, hemos cubierto juntas, juntos,
un ciclo histórico en la Iglesia pueblo de Dios.
Este año nos hemos sentido con falta de fuerza para seguir afrontando
el camino como hasta ahora, aunque seguimos en búsqueda en el ámbito de la
espiritualidad, desde una referencia creyente, social y comunitaria, y en
sintonía con la música de los últimos Foros, la que nos invita a vivir atentas,
atentos a la vida aquí y ahora; abiertas, abiertos al misterio de ser en el
Ser, Presencia que da forma a toda forma. Nuestra búsqueda, tu búsqueda, nos va
a llevar a seguir encontrándonos. Seguro.
Gracias por este camino caminado contigo. Y que, sea cual
sea nuestro presente, abramos espacios a la justicia, a la plenitud; a la vida.
Como crisálida en transformación, celebremos también este año el nacimiento de
Jesús.
Recibe un afectuoso abrazo, y ¡Feliz Navidad!